La venta es una actividad mercantil que tiene un gran paralelismo con otras actividades humanas, consideradas normalmente como más nobles.
Se pueden «vender» productos, servicios, bienes de consumo, ideas, un médico, un pintor, un músico, un escritor, un labrador, todos tienen servicios, ideas, productos o cosas que intercambiar en beneficio de los demás y en provecho propio.
De esta manera, la idea de vender alcanza una dimensión universal. El viejo concepto de que «vender es traspasar a otro la propiedad de una cosa por el precio convenido», ha quedado ya superado.
Hoy podemos afirmar que la venta es:
– UN SERVICIO
– UN BENEFICIO MUTUO
– UNA SATISFACCION MUTUA
– UN INTERCAMBIO DE BENEFICIOS Y DE SATISFACCIONES.
Podríamos decir, pues, que vender es:
«PERSUADIR AL CLIENTE DE LAS VENTAJAS, BENEFICIOS, SATISFACCIONES, UTILIDADES Y SERVICIOS QUE LA POSESION DE NUESTRO PRODUCTO LE PROPORCIONARA».
Estos conceptos de servicio, intercambio de beneficios y satisfacciones hacen de la venta una profesión noble y socialmente valiosa, siendo factores motivantes para que el vendedor se sienta realizado en su actividad profesional y sin complejos que le inhiban en sus relaciones con el cliente. Si no existen satisfacciones o beneficios para el vendedor, no será una venta sino un regalo. Si no existen satisfacciones cara el comprador, no será venta sino explotación o fraude.