El saludo a un cliente no debemos hacerlo de forma que se sienta presionado a comprar. Este saludo lo realizaremos de una forma cordial y amistosa, sin dar la impresión de que es un elemento forzado.
Nuestro saludo debe transmitir sinceridad y una disposición real para recibir al cliente por encima de sus expectativas, debe ayudarnos a calmar a nuestro cliente al ver que no intentamos venderle directamente al entrar en la tienda.
Si este proceso lo realizamos de forma correcta veréis como las resistencias de vuestros clientes a que dialoguéis con ellos, y así continuar con la venta, desaparecerán.
¿POR QUÉ DEBEMOS SALUDAR A LOS CLIENTES?
-Para hacer que el cliente se sienta cómodo.
-Para relajar al cliente.
-Para darle la bienvenida a la tienda.
-Para que el cliente sepa que le hemos visto.
-Porque el cliente nos buscará cuando se decida a comprar algo.
Otro aspecto es el tema de la aproximación. El propósito de la aproximación consiste en comenzar una conversación de tipo general con el cliente y ofrecerle cualquier ayuda o asesoramiento que pueda requerir.
-La aproximación a los clientes debe realizarse en el momento oportuno.
-Si se hace demasiado pronto, el cliente se sentirá presionado.
-Si se hace demasiado tarde, el cliente se sentirá dejado de lado.
Esto parece ser muy complicado, o un juego de azar, pero en absoluto es así. La observación es la clave para realizar la aproximación en el momento oportuno. Mediante la observación, a menudo puede saberse qué clientes necesitan ser atendidos y están listos para que nos aproximemos a ellos y qué clientes no lo están. Cuando un cliente necesita que le ayuden, nos dará una serie de señales que nos dirán que podemos acercarnos:
-Tocar un producto.
-Mirar un producto de forma especial.
-Mirar alrededor buscando ayuda.
-Hacer una señal con la mano.
-Contar el dinero.
-Comprobar los documentos de identificación.
Debe quedarnos claro que la bienvenida nos llevará al cierre de la venta. Cuantas más bienvenidas demos a nuestros clientes, mayores probabilidades de cerrar la venta tendremos.
“Si no damos la bienvenida, no podremos iniciar la conversación; si no iniciamos la conversación, no podremos cerrar ningún trato».